lunes, 23 de junio de 2014

"Vida"



Ya perdoné errores casi imperdonables.
Trate de sustituir personas insustituibles,
de olvidar personas inolvidables.

Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas ,
mas también yo decepcioné a alguien

Ya abracé para proteger .
Ya me reí cuando no podía .
Ya hice amigos eternos.
Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya fui amado y no supe amar.

Ya grité y salté de felicidad.
Ya viví de amor e hice juramentos eternos,
pero también los he roto y muchos.

Ya lloré escuchando música y viendo fotos .
Ya llamé sólo para escuchar una voz .

Ya me enamoré por una sonrisa.
Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y ...

Tuve miedo de perder a alguien especial
(y termine perdiéndolo)
pero sobreviví.
Y todavía vivo !!

No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías sólo pasar ...

VIVE!!!

Bueno es ir a la lucha con determinación
abrazar la vida y vivir con pasión.

Perder con clase y vencer con osadía,
porque el mundo pertenece a quien se atreve
y la vida es mucho más para ser insignificante.


                                                                                              Charles Chaplin

lunes, 16 de junio de 2014

"Me levanto por la mañana"



Me levanto por la mañana.
Salgo de mi casa.
Hay un pozo en la vereda.
No lo veo
y me caigo en él.

Al día siguiente
salgo de mi casa,
me olvido de que hay un pozo en la vereda,
y me vuelvo a caer en él.

Al tecer día
salgo de mi casa tratando de acordarme
de que hay un pozo en la vereda,
Sin embargo,
no lo recuerdo
y caigo en él.

Al cuarto día
salgo de mi casa tratando de acordarme
del pozo en la vereda,
Lo recuerdo y,
a pesar de eso,
no veo el pozo y caigo en él.

Al quinto día
salgo de mi casa.
Recuerdo que tengo que tener presente
el pozo en la vereda
y camino mirando al suelo.
Y lo veo y,
a pesar de verlo,
caigo en él.

Al sexto día
salgo de mi casa.
Recuerdo el pozo en la vereda
Voy buscándolo con la mirada.
Lo veo,
intento saltarlo,
pero caigo en él.

Al séptimo día
salgo de mi casa.
Veo el pozo.
Tomo carrera,
salto,
rozo con la punta de mis pies el borde del otro lado,
pero no es suficiente y caigo en él.

Al octavo día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,
salto,
¡llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido
que lo celebro dando saltos de alegría…
Y, al hacerlo,
caigo otra vez en el pozo.

Al noveno día,
salgo de mi casa,
veo el pozo
tomo carrera,
lo salto
y sigo mi camino.

Al décimo día,
justo hoy,
me doy cuenta
de que es más cómodo
caminar…
por la vereda de enfrente.
                                                                                Jorge Bucay


"A veces elegimos un sólo camino para solucionar un problema y volvemos a cometer el mismo error, sin darnos cuenta de que existen otros caminos, quizás más simples"

"Hazlo de todas formas"


martes, 3 de junio de 2014

El cuento de la carreta vacía


El plato de madera




Un anciano se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia comía toda junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación; entonces el hijo dijo: "Tenemos que hacer algo con el abuelo". "Ya he tenido suficiente"."Derrama la leche, hace ruido al comer, tira la comida al suelo".

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en la esquina del comedor. Es ahí donde el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, le servían la comida en un plato de madera. De vez en cuando lo miraban y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba sentado ahí solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía eran fríos llamados de atención cuando dejaba caer el tenedor o la comida.

El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: ¿Qué estás haciendo?. Con la misma dulzura el niño le contestó: Ah!, estoy haciendo un plato para tí y otro para mamá para que, cuando yo crezca, ustedes coman en ellos (sonrío y siguió con su tarea). Las palabras del niño golpearon de una manera a sus padres que los dejó sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas.Y, aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer. Esa tarde el esposo tomo gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupo un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa parecían molestarse mas, cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.


Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitaran esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que construyen el futuro de su hijo. Seamos constructores sabios y modelos a seguir. He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito enredadas. He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo. He aprendido que aun cuando me duela, no debo estar solo.


He aprendido que aun tengo mucho que aprender y que debes pasar esto a todos los que te importan. Yo acabo de hacerlo. La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca como los hiciste sentir. No olvidemos nunca de donde venimos ni a donde vamos, Dios no hace acepciones de persona, el hace llover sobre buenos y malos, hace salir un sol sobre buenos y malos, por lo tanto valorémonos unos a otros no importando nuestras condiciones, social, económica, física y mental sino mirándonos siempre con ojos de misericordia y amor, respetándonos unos a otros.




Autor (desconocido)